Del trueque a la economía colaborativa, por la vía tecnológica

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Del trueque a la economía colaborativa, por la vía tecnológica

“La uberización hace referencia a las cada vez más numerosas plataformas de economía colaborativa en las que, gracias a internet y las nuevas tecnologías, unas personas ponen a disposición de otros particulares, sin necesidad de intermediarios, diversos bienes y servicios: una casa o habitación en alquiler, un trayecto compartido, un coche o una plaza de garaje”.

Así define la Fundéu-BBVA en una entrada reciente el significado de ‘uberizar’ y ‘uberización’, después de explicar por qué son términos válidos. Están formados de forma similar a “tuitear” o “wasapear”, aunque como en el caso de estos dos últimos en el origen de la expresión esté un servicio concreto de una empresa privada.

Y sí. La cuestión es que el talante colaborativo de internet se ha contagiado a la sociedad entera, tal vez más azuzado por la crisis que una intención genuinamente cooperativa. Pero el resultado es el que es, y lo cierto es que la extensión del uso de dispositivos móviles inteligentes y sus aplicaciones asociadas han llevado aparejada la proliferación de espacios en los que es posible encontrar ayuda para casi cualquier tipo de intercambio o prestación de servicio entre particulares.

Uberización, economía colaborativa, CulturaticPor comenzar con la firma que da nombre a la tendencia, Uber Technologies Inc.,  y que pone a disposición del usuario toda una red de conductores particulares. Una iniciativa que ha derivado en la experimentación de Uber con vehículos autónomos, aunque el reciente accidente en Arizona obligó a la compañía a paralizar temporalmente las pruebas.

Desde luego, Uber no es el único modo de viajar con particulares, y si no que se lo pregunten a Blablacar, la app que permite a desconocidos organizarse para compartir coche cuando tienen el mismo destino. Blablacar es probablemente la más conocida, pero existen otras muchas, como ¿Viajamos juntos? o Compartir, por poner solo algunos ejemplos.

Una vuelta de tuerca a esta iniciativa es la posibilidad de poner a disposición de otros el coche propio cuando no se prevé usarlo. Para conseguirlo proliferan opciones como Drivy, Social car o Amovens. La idea también funciona con la puesta a disposición de los demás de la casa propia, bien mediante intercambio, bien a precios muy competitivos. En esta línea se mueven plataformas como Airbnb, 9flats o Roomlan.

En todos esos casos, la iniciativa choca con los intereses económicos de empresas que profesionalmente se dedican a ofrecer servicios de taxi, alquiler de vehículos o alquiler de alojamiento. De hecho, algunas normas han cambiado en los últimos años, como la Ley de Arrendamientos Urbanos (LOU) o las legislaciones autonómicas derivadas del traspaso de competencias que supuso la modificación de la LOU en 2013.

Los tribunales han tenido que pronunciarse para dirimir conflictos de competencia, como ha ocurrido con Uber y Blablacar. Y han sido sentencias no exentas de polémica, mientras se habla de un antes y un después en el ámbito de la economía colaborativa.

uberización, economía colaborativa y CulturaticPero los usuarios, al margen de que existan aplicaciones para ponerse de acuerdo entre ellos y que actúen como “terceros”, también son capaces de organizarse para aprovechar un precio mejor en servicios que ya existen ‘oficialmente’. Un ejemplo claro es la mesa compartida de los trenes de alta velocidad de Renfe. Si alquilar una mesa entre cuatro puede suponer hasta un 60% de descuento en el precio, ¿por qué no ponerse de acuerdo entre desconocidos?

A ese fin van encaminadas aplicaciones como Compartir Tren Mesa AVE, ComparteTren, Truecalia  o Carpling, esta última capaz de poner de acuerdo a usuarios para compartir coche, tren, parking, taxi y hasta rutas en bici.

uberización, economía colaborativaUna de las últimas iniciativas en esto de la colaboración entre usuarios ha partido de las propias empresas de transporte, que en lugar de luchar contra el viento se unen a la marea. Así, Oferbus, una plataforma que compara precios en la contratación de autobuses, acaba de lanzar #Compartebus, una propuesta para que distintos grupos de usuarios puedan completar las plazas de un autobús con salida y llegada en el mismo punto y que, así, puedan disfrutar de un precio optimizado dentro de un servicio discrecional.

Más allá del transporte y el alojamiento, los usuarios se organizan a través de apps, webs o grupos en redes sociales para casi cualquier cosa que sea posible imaginar: desde intercambio de libros a la venta de todo tipo de artículos de segunda mano, o la venta, intercambio y regalo de los más variopintos enseres.

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