¿Hablamos menos en las redes sociales?

Hace unos días Kike García, uno de los responsables de la web satírica El Mundo Today, publicaba en su cuenta de Twitter enlaces a dos publicaciones de Facebook, una sobre una de las noticias que publica este particular diario y otra sobre un artículo de The Onion, otra web especializada en descacharrantes noticias de pega pero esta norteamericana.

García quería señalar con esos hilos la diferencia de los usuarios de uno y otro medio. Si en el hilo de The Onion los internautas dejaban comentarios más o menos elaborado que daban pie a conversaciones argumentadas, en el de El Mundo Today primaban emticonos, onomatopeyas y simples menciones-llamadas de atención para que otros usuarios leyeran el artículo.

Más allá de algo que puede verse como una simple curiosidad, una anécdota sin ánimo de generalización, el apunte nos puede servir como reflexión sobre la forma que tenemos de acercarnos a las redes sociales. ¿Realmente las usamos para ‘socializar’ o no llegamos a explotarlas de la manera en la que podríamos? ¿Se comporta con ellas igual un español, un australiano o un japonés, por ejemplo?

Unos días más tarde nos topábamos con este otro artículo de Carlos Hidalgo que proponía una interesante lectura de lo que, asegura, ocurre en las redes: una ‘espiral de silencio’ provocada por las más que comunes reacciones hostiles con las que nos topamos (hablemos de lo que hablemos en ellas) y que provoca que cada vez sean menos los que se decidan a publicar en ellas.

¿Será la razón por la que, al final, nos decantemos por dejar en ellas unos simples emoticonos o una triste mención a alguno de nuestros contactos?