Sobre el papel parecía buena idea

A todos nos ha pasado alguna vez. Tener ideas que en un plano teórico nos parecen adecuadas, fantásticas, perfectas, pero que al trasladarlas a la realidad resultan ser errores imperdonables. Si salir ‘a tomar una cerveza y vuelvo a casa’ puede torcerse en cualquier momento sin que sepamos solucionarlo, en el ámbito publicitario el problema es que no queda en el ámbito privado, sino que es compartido con infinidad de personas.

Estos días era Pepsi la que tenía que hacer acto de contrición y retirar su última campaña publicitaria después de la catarata de críticas negativas que levantó en el mismo momento de presentarla. Ni el cuidado de la producción ni contar con una de las top model más solicitadas de la actualidad, Kendall Jenner. Probablemente a los creativos que idearon la campaña y a los responsables de dar el visto bueno les pareció oportuno mezclar los refrescos con un simulacro de manifestación que edulcora las marchas antiglobalización que hemos visto en los últimos años por todo el mundo. Sobre el papel quedaba de otra manera, probablemente, o al menos no llegaron a prever las protestas que provocaría el anuncio. La solución: retirar la campaña y a por la siguiente.

No es un caso aislado, por supuesto. También en la última semana Nivea ha tenido que pedir perdón y retirar también una campaña dirigida a Oriente Media que, bajo el lema White is purity (El blanco es pureza) ha provocado acusaciones de racismo.

Acusaciones que también levantó la campaña de una ONG que pretendía sensibilizar sobre el hambre infantil en el planeta. Poner a un niño negro a pedir comida como si se tratase de un animal quizás parecía una imagen poderosa a priori, capaz de denunciar una situación inaceptable y llamar a la movilización. El efecto, por el contrario, fue el contrario.

Y más casos: Yves Saint-Laurent retirando una reciente campaña por acusaciones de machismo, Loterías del Estado haciendo lo mismo, esta vez hace algunos años, por la misma razón…