Por qué Pokémon Go es una mina

Para muchos, no dejará de ser una nueva (y muy insistente moda) que lleva a muchos seguidores del juego a no despegar la mirada de la pantalla del teléfono móvil o a asaltar cuarteles de la Guardia Civil para atrapar al bicho de turno. Pero para otros muchos, empezando por Nintendo, la casa madre de todo el asunto, Pokémon Go es una fuente de momento incalculable de ingresos que apenas ha comenzado a dar sus primeros pasos.

La aplicación para móviles que nos anima a salir a a la calle para atrapar criaturas virtuales es el fenómeno de este verano y ha provocado ya situaciones capaces de despertarnos un amplio abanico de reacciones donde la incredulidad y la estupefacción ocupan lugares de privilegio.

Asegurar que el impacto económico capaz de provocar Pokémon Go es ‘incalculable’ puede sonar a hipérbole carente de sustento con la realidad, pero basta con leer algunas de las informaciones que han aparecido durante estos primeros días para hacernos una idea de dónde puede llegar ya no sólo este juego en concreto, sino aplicaciones apoyadas en la realidad aumentada que aparecerán al calor del protagonizado por Pikachu y compañía.

Nada más aparecer, la compañía japonesa se disparó en la Bolsa de Tokio y vio cómo su valor se llegaba a duplicar. Algo similar ha ocurrido con la filial nipona de McDonald’s después de que anunciara que ofrecerá figuras de Pokémon con sus menús. La empresa de comida rápida, además, se posiciona para patrocinar pokeparadas y acoger gimnasios virtuales en sus establecimientos. El objetivo, atraer a sus restaurantes a una ingente cantidad de jugadores que encontrarán allí los elementos necesarios para aumentar sus niveles en el juego.

La estrategia de marketing de McDonald’s es replicable en múltiples escenarios, y los cerebros de los profesionales ya se han puesto en marcha para rentabilizar en su propio beneficio. Aunque sea a una escala mucho más diminuta.