Barcelona y Madrid fueron las pioneras.

Un día conocí a una chica de Barcelona que quería montar un grupo de fans. Me preguntó si podía llamarlo Instagramers Barcelona; dije que sí.  En la misma época queríamos montar otro grupo en Madrid, y pensamos <<lo llamaremos Instagramers Madrid y ya tenemos dos grupos>>.

Y después la “internacionalización”.

De repente nos llamaban de Londres, después de Milán, de San Francisco. Y se fueron creando grupos de Instagramers. Fue como el Internet Open Source, en el que tú das a la gente los medios para hacer algo. Yo les doy una marca registrada, y les promociono en el blog como una marca o grupo oficial y el logotipo de cada ciudad con su logo, etcétera. A partir de ahí, la gente es autónoma para desde la quedada más clásica para quedar a tomar algo y conocerse, a montar exposiciones, concursos o colaborar con empresas para promocionar el turismo.

¿Qué aporta el movimiento Instagramers?

Igers es realmente una organización seria e internacional para que la gente pueda que las empresas puedan promocionar sus productos; ayudamos a los usuarios a ser también reconocidos en Instagram. Mucha gente dice que le hemos aportado un valor a Instagram. Creo que sí pero tampoco me lo quiero creer mucho. Ha sido divertido, nos ha permitido montar muchas exposiciones y tener una credibilidad para ir a una marca y decirle vamos a montar una acción a nivel mundial o montar una exposición en Italia de Instagramers venezolanos, por ejemplo.

¿Cuál es el objetivo de Igers?

Nuestra meta no es el mundo del arte. No tenemos la pretensión de ser en Instagramers quienes reconocemos el valor artístico de la gente sino que nuestro valor es el que facilita a la gente conocerse y que proyectos, vayan conociendo usuarios y que usuarios que no tienen tanto contacto a través de Instagramer puedan llegar a contactar con marcas e instituciones.

Instagram se ha puesto en contacto con usted. No sólo de software vive una aplicación social.

Estamos en contacto con Instagram y les gusta saber más o menos lo que hacemos. Tenemos un grupo privado en Facebook a modo de intranet donde los 350 instagramers responsables de grupo en el mundo están conectados. Y ahí hay tres personas de Instagram para conocer nuestros eventos y nuestras opiniones.

¿La mirada del no fotógrafo obtiene mejor resultado con un móvil que con una réflex?

En Instagram es más importante es compartir un instante más que algo artístico. Hay un pequeño grupo de gente que fueron de los primeros en entrar en Instagram y que le dieron una proyección de poder quitarse la espina de querer haber sido fotógrafo, pintor, o actor. Instagram te facilitaba la posibilidad de sacar fotos y que la gente le pueda poner Like, la pueda valorar… En este sentido mucha gente se ha sentido algo artista. De ahí a decir que todos los que están en Instagram son fotógrafos o quieren ser fotógrafos, es un gran paso.

 ¿La calidad de la foto es secundaria respecto a la intención de compartir  un instante?

Lo que compartimos son más instantes que otra cosa. Probablemente se valora más cuando alguien dice o da un me gusta en una de mis fotos porque van más cargados de sentimiento emocional independientemente de lo que has subido. Pero no va en proporción con la calidad de la foto sino con todo lo que hay detrás de la persona que ha hecho la foto. Yo hago mucho Like a una amiga de Barcelona que sube muchas fotos de gatos. No es que las fotos de gatos me entusiasmen pero para mí es ella, su foto y su vida.