Acuerdo contra el odio en la Red

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Acuerdo contra el odio en la Red

Es uno de los problemas que nos encontramos a diario en las redes sociales. Un asunto que requiere una actuación delicada por cuanto entran en él condicionantes como el de la libertad de expresión. ¿Hasta dónde llega ese límite, sin embargo? ¿Dónde es preciso cortar la libertad de quien emite una opinión, de quien utiliza una red social para difundir sus pensamientos, sus creencias? ¿Y quién debe ser la figura o figuras encargadas de llevar a cabo esa labor de vigilancia y fiscalización?

Las redes sociales se han convertido en una herramienta que muchos utilizan para insultar y promover el odio, cuando no para actuar al margen de la ley. Y en un intento por frenar este tipo de contenidos que, al margen de poder ser hirientes y ofensivos, pueden incluso a ser delictivos, las grandes compañías de Internet han decidido involucrarse en su lucha. Lo han hecho con la adhesión al Código de Conducta promovido por la Comisión Europea y que trata de impedir ese ‘lenguaje del odio’ instalado en la Red.

Twitter, Facebook o Microsoft han suscrito este documento por el que se comprometen a tomar medidas eficaces para eliminar esa violencia verbal y acabar con la impunidad de la que algunos se aprovechan. Detener el racismo y la xenofobia y poner las cosas más difíciles a grupos que utilizan estas herramientas para expandir sus mensajes radicales es el objetivo de una iniciativa que se apoya en una serie de puntos.

Así, las empresas se comprometen a contar con procedimientos claros y eficaces par examinar en el menor tiempo posible los avisos relativos a la incitación al odio en sus plataformas. Estas firmas dispondrán de normas explícitas que prohíban la promoción de la violencia y conductas reprobables. El compromiso de las empresas tecnológicas es el de revisar las notificaciones válidas para la retirada de manifestaciones de incitación ilegal al odio en menos de 24 horas. A partir de ahí, se procederá a la retirada del contenido en los casos que sea necesario.

Información a los usuarios, formación a su personal y cooperación entre el entramado tecnológico para intensificar el intercambio de buenas prácticas son otras de las actuaciones a las que se comprometen las empresas que han anunciado su apoyo a este código comunitario.

Todo para lograr que la Red sea un lugar más amable y seguro.

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