Comercio electrónico en España, ¿crecimiento a costa de las redes sociales?

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Comercio electrónico en España, ¿crecimiento a costa de las redes sociales?

El panorama económico que tiene ante sí no sólo España, sino gran parte del continente europeo, desfavorable en gran medida en casi todas las áreas, encuentra de todas formas algún islote de crecimiento en áreas muy concretas. El del comercio electrónico es uno de los que, trimestre tras trimestre, arrojan un saldo positivo y crecen pese al clima general que existe alrededor. Es cierto que hay factores que explican esta situación, algunos tan aplastantemente obvios como que es un negocio que aún no está lo suficientemente extendido, por lo que su margen de mejora y crecimiento es muy elevado. Por poner un ejemplo ilustrativo, este tipo de comercio, en el que la orden de compraventa se realiza a través de cualquier medio electrónico, representa en los Estados Unidos alrededor de un 5% por ciento del total de las ventas minoristas. Y no es algo anormal. En otros países el porcentaje es aún más reducido. Con estas cifras, resulta lógico que encuentre una mayor posibilidad de crecer pese a que el contexto económico no ayude precisamente a ello.

En España, las últimas cifras que se refieren a esta actividad corresponden al tercer trimestre de 2011 y señalan un aumento del 27% en relación con idéntico período del año anterior. En total el volumen de negocio alcanzó los 2421 millones de euros, 500 más que 12 meses antes, según lo que publica la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.

Agencias de viajes y operadores turísticos, transporte aéreo y marketing directo son las tres principales áreas en las que se apoya este comercio. Junto a ellas, otras como el transporte terrestre de viajeros, los juegos de azar o los espectáculos artísticos y deportivos encuentran también cuentan con una incidencia destacada.

El comercio electrónico se beneficia, además de ese margen de crecimiento que todavía tiene un enorme recorrido, del más que asentado negocio de la telefonía móvil y de la proliferación de dispositivos y también de aplicaciones desde los que resulta cada vez más cómodo realizar compras.

También cuenta con la acción de las redes sociales, que poco a poco van cobrando relevancia en las decisiones de compra de los usuarios. Además, en un entorno tremendamente fragmentado como es Internet, las redes actúan como filtros para ofrecer al consumidor aquello que más se aproxima a sus gustos y sus necesidades. Es cierto que su incidencia en la toma de decisiones es aún reducida, pero es un factor que debería contar con un peso relevante en el medio plazo a la hora de guiarnos y de tomar decisiones de compra.

El informe de la CMT sirve también para comprobar cómo la balanza comercial con el exterior arroja un saldo negativo si nos atenemos al carácter electrónico de las transacciones. Así, mientras las operaciones que tienen su origen en España y destino en el exterior representan el 42% por ciento del total (1019 millones de euros), las que tienen un sentido inverso, es decir, desde el exterior hacia España, apenas suman un 14% del volumen total (348 millones). El resto corresponde a operaciones realizadas dentro del territorio español.

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