¿El viral nace o se hace?

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¿El viral nace o se hace?

De repente, un día, ves en tu muro de Facebook un vídeo que ha compartido el compañero gracioso de tu clase de EGB. Ese mismo día, ya por la noche, te topas con el mismo enlace en un par de retuiteos de tu timeline de Twitter. En los siguientes días, la pauta se repetirá de manera cada vez más frecuente (incluso verás ese mismo contenido en algún programa de televisión, o en el Telediario, donde se harán eco de los cientos de miles de visitas que el vídeo ha alcanzado en apenas unas semanas de vida), hasta que, con el paso del tiempo, su impacto sea cada vez más limitado. Quizás, en algún momento, regrese de nuevo al primer plano, pero en principio esa será la vida de cualquier vídeo viral.

¿Y cómo se consigue eso? ¿Cómo se alcanza el éxito -inmediato, total e imprevisto- de lanzar a la Red un contenido que es difundido de manera masiva por sus usuarios? La respuesta es que no hay respuesta. Que el viral no se hace (aunque existan medios para hacerlo aún más efectivo), sino que, de alguna manera, nace ya con ese atributo, aunque en un principio sea inadvertido.

Por supuesto, si atendemos a las características de los vídeos que alcanzan esta condición, veremos muchos elementos comunes a todos ellos. Si bien es cierto que no podemos ‘fabricar’ un vídeo y convertirlo en viral sin más, no lo es menos que algunos tienen más posibilidades de serlo que otros. La duración, por ejemplo, puede ser un factor que incline la balanza a su favor. Si algo es excesivamente largo (el tiempo que se presta atención a algo en Internet, hay que reconocerlo, no es excesivo), restará posibilidades a su éxito. El humor es otro de los ingredientes que, de alguna forma, se cuela casi siempre en estos vídeos. Y, si puede ser, combinado con una sorpresa que obligue al espectador a volver a verlo. ¿Más características? Su carácter emocional, aunque este punto sea más complicado de alcanzar. Y, por supuesto, una vez que el vídeo esté disponible para su público potencial, apoyarlo a través de las redes sociales y de todos los canales imaginables. El resto vendrá solo o no vendrá. Los demás factores, los que decidirán su futuro de verdad, son imprevisibles. Porque, vamos a ver, ¿alguien esperaba que las canciones de corte religioso del grupo Flos Mariae se convirtieran en el viral del momento?

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