La doble lectura de la recuperación del cine español

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La doble lectura de la recuperación del cine español

La taquilla cinematográfica española vivió en 2014 uno de los mejores ejercicios de los últimos años. Los fríos datos que se encargan de dibujar un boceto de la industria nacional así parecen confirmarlo, al menos. Superar el 25% de cuota de pantalla es, para el cine de nuestro país, una enorme satisfacción que cada vez consigue con menos frecuencia. En 2013 (tampoco es necesario irse mucho más lejos), el dato de asistencia a películas españolas durante el año se quedaba en un bastante pobre 13%.

De cualquier manera, las cifras no deberían esconder la dependencia de nuestro cine de uno o dos títulos que terminan por arreglar los números cuando acaba diciembre. Ha ocurrido con Lo imposible, con algún Torrente o con algunos largometraje de Alejandro Amenábar. En 2014 ha sido uno de los fenómenos más inexplicables vividos por la industria en muchos años. Una comedia que enfrentaba los tópicos andaluces y vascos bajo la imbatible fórmula de la comedia romántica se convertía en la película española más taquillera de la historia y se codeaba en lo más alto del podio con TitanicAvatar. Ocho apellidos vascos, con una recaudación de más de 55 millones de euros, representaba más del 40% de la taquilla global de los títulos españoles. Si nos pusiéramos pesimistas tendríamos que resaltar que, sin esta película, los datos de 2014 habrían sido muy parecidos a los del año anterior. Pero ya hemos apuntado que éxitos similares (si no tan demoledores, sí muy reseñables) son habituales cada año, así que nos quedaremos con el dato positivo.

Además, junto a la cinta de Emilio Martínez-Lázaro aparece una buena colección de cintas que alcanzaron el pasado año cifras magníficas. Ahí está, por ejemplo, El niño (más de 16 millones de euros) o el incombustible Torrente de Santiago Segura, que en su quinta aventura superó los 10 millones de euros de recaudación. O La isla mínima, de Alberto Rodríguez, que, con más de 6 millones de recaudados, es una de las favoritas en la próxima edición de los Premios Goya, con todo el empuje de cara a captar a nuevos espectadores que esto significa.

Tras estas cintas aparecen otras con resultados económicos más que dignos, más si tenemos en cuenta sus presupuestos (Relatos salvajes, Carmina y amén) y una ‘clase media’ donde se encuentran desde [REC]4: Apocalipsis hasta Vivir es fácil con los ojos cerrados.

El problema (si podemos llamarlo problema) se encuentra hacia la mitad de la lista de los 95 largometrajes de los que hay datos de recaudación en 2014. De todos ellos, solo 32 superan los 200.000 euros de recaudación, hay 48 que no alcanzan ni los 100.000 euros y son 25 los largometrajes estrenados que no llegan a los 10.000 euros recaudados. Si seguimos descendiendo en la clasificación vemos títulos (Asmodexia, Ärtico, Haz de tu vida una obra de arte) con menos de 1.000 euros (y de 200) de recaudación.

Las grandes cifras, así, nos hacen pensar que el espectador español se reencontró en 2014 con su cine. La letra pequeña indica que lo hizo, pero solo con una muy reducida lista de películas. El otro cine sigue siendo un gran desconocido.

Todos los datos, por cierto, están extraídos de aquí.

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