Redlato: capítulo 2

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Redlato: capítulo 2

Segundo capítulo del Redlato. Recordad que podéis participar cada día en http://redlato.ferialibrovalladolid.es. esperamos vuestras continuaciones para el capitulo 3.

Capítulo 2:

Sigilosamente, y aprovechando el traspiés de Pascual, convenció a Durruti para que le acompañara hasta la trasera del taller, con la inestimable ayuda del exquisito señuelo de los caramelos que aquella tarde había comprado a Dimas, el tendero de la plaza del Carmen.

Supo desde el principio que la matanza era inconcebible. Cualquier persona con “dos dedos de frente”, tendría que haber supuesto que dos tipejos como ellos, él desgarbado y patilargo, Pascual fornido, aunque cenutrio y obtuso, no podrían acabar por sí solos con la plácida existencia de Durruti sin convertirlo en una escabechina. Por muy dócil que fuera, a la amenaza del filo hubiese surgido el espíritu revolucionario del “general“.

Martín, que por cierto así se llamaba el padre de Pirelli, por aquello de haber nacido el día de su onomástica, y que no pocas mofas tuvo que soportar el día del sorteo, a costa del célebre refrán de “a cada cerdo le llega su San Martín”; pues Martín, y Durruti, ocultos en silencio tras la camioneta que Federico, el frutero, había llevado el viernes a la mañana a reparar, vieron pasar a Pascual encendido en cólera, cuchillo en mano, con los ojos inyectados en sangre, la sangre del marrano que ni siquiera había llegado a coagular, indignado por las viandas que se le escapaba de las manos. Humano y bestia, voz y gruñido, quedos.

Durruti contemplaba con parsimonia a Martín, absorto y cómplice, conminándole a resolver sin dilación aquella situación que él solito había provocado. Además hacía un rato que del festín de caramelos ya no quedaban ni las esquirlas.

No restaba mucho tiempo hasta el amanecer y Martín necesitaba con premura una solución al recién creado problema. No había vuelta atrás, había tomado la férrea determinación que Durruti moriría de viejo. Debía elucubrar un plan …

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