Cubierta de papel, alma digital

A quienes nos gusta leer (y por ‘leer’ queremos decir ‘leer un libro’) el universo digital nos abre la puerta de millones de tener en la palma de la mano, y sin que nos pese absolutamente nada, toda la historia de la literatura (y los últimos best sellers, claro). Pero a quienes nos gustan los libros también nos encanta disfrutar de la experiencia de entrar en una librería y dejarnos llevar por una portada, por ejemplo, y que sean nuestros sentidos quienes nos lleven a uno u otro título. El libro digital nos da infinidad de soluciones, pero el papel sigue teniendo un encanto al que no nos podemos sustraer.

Hablar de ‘batalla’ entre ambos soportes quizás no esté próximo a la realidad, pero es cierto que hay gente más cercana a uno u otro modelo. Existen propuestas, eso sí, que tratan de combinar los dos y satisfacer las aspiraciones y necesidades de todos los lectores. Es el caso, por ejemplo, de Seebook, un proyecto que permite descargar libros digitales en nuestro e-reader o en nuestra tableta a través de un código que encontramos en una tarjeta física.

Es cierto que esa tarjeta, que podemos encontrar en las librerías, no es un libro, pero sí tiene su portada, podemos utilizarla para que el autor nos lo dedique con el autógrafo de toda la vida y tiene ese valor casi de fetiche que le damos a los volúmenes que atesoramos en nuestras bibliotecas.

Iniciativas como esta son también experimentos para luchar contra una piratería que sufre la industria editorial y que de esta manera encuentra formas originales y atractivas de que el consumidor pague por un contenido digital. El valor añadido de esa simple tarjeta puede ser la diferencia entre pagar por el libro o bajarlo de manera gratuita de internet.