El cine español que nos espera

Hace unos días señalábamos las posibilidades que las nuevas tecnologías brindan al mundo del cine. Al hecho de que apenas haga falta ya poco más un teléfono móvil para rodar (o grabar) una película. La paradoja de que cada vez sea más sencillo ‘hacer’ cine pero también sea cada vez más complicado estrenarlo, dar una difusión más o menos mayoritaria a los trabajos.

Esta es una de las reflexiones que cinco directores españoles, unidos por la dimensión entre independiente y alternativa de sus trabajos, realizaban en este encuentro en el que adelantaban los proyectos que tienen listos para el 2014.

Virginia García del Pino, Pedro Aguilera, Luis López Carrasco, Nacho Vigalondo y Carlos Vermut (estos dos últimos miembros del jurado de la pasada edición de ValetudoDVD-Ven y Estrénate en Seminci), repasan la situación por la que atraviesa el cine de nuestro país. Una situación sujeta a paradojas como la de la mayor dificultad que supone estrenar una película que al hecho mismo de rodarla, y que ni tan siquiera la calidad de las cintas puede resolver. Es algo de lo que se queja Aguilera, que debutó en Cannes con La influencia. Sus dos largometrajes, asegura, han tenido grandes críticas y han respondido muy bien en festivales… pero no las ha visto nadie.

“El cine no va a morir”, dice Carlos Vermut, “pero hay que distinguir el audiovisual de la sala”. Para el director de Diamond Flash, que este año estrenará Magical Girl, la clave para seguir llevando al público al cine se encuentra en ofrecerles cosas diferentes a las que pueden ver en sus teléfonos móviles. Esos teléfonos, por cierto, que son ya a la vez las herramientas para rodar una película (Nacho Vigalondo los ha usado en su nueva película, Open Windows), y soportes para disfrutar de ellas.