A lo emocional por lo digital

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A lo emocional por lo digital

Creo que todos siempre hemos pecado de atribuir a todo lo digital, tecnológico o informático de una carencia de sentimientos, de un vacío emocional o de una terrible aproximación a lo insensible. Dentro de las conocidas como tecnologías de la información y de la comunicación nos encontramos con un subsector muy interesante: el de los contenidos digitales.

Quiénes conforman este subsector industrial sería motivo de un intensísimo debate, es más, simplemente dimensionar o caracterizar esta área ya es en sí mismo un reto muy complejo. Los perfiles de los profesionales que trabajan en este sector poco tienen que ver con el resto del área tecnológica. Sin duda están mucho más conectados con profesiones como el periodismo, el marketing, la producción audiovisual, la sociología, la publicidad y un largo etcétera tremendamente vinculado a valores como la emoción, la creatividad, el sentimiento o la sensibilidad. Aunque todo ello construido sobre un firme cimiento tecnológico.

Herramientas propias del marketing o de la publicidad han encontrado en el entorno digital un canal tremendamente propicio para su desarrollo, y técnicas ya antiguas y muy desarrolladas como el storytelling, el brand content o el product placement se nos antojan como “muy tecnológicas o modernas” cuando realmente lo único que ha ocurrido es que el entorno digital las ha potenciado y actualizado. Parafraseando a Ben Grossman: “el nuevo marketing tiene que ver con las relaciones, no con el medio” y nunca antes un medio como el digital alcanzó un nivel relacional tan potente, amplio y rápido.

Lo emocional forma parte del mundo digital, y la tecnología no solamente son cables, datos y sentencias de programación. El subsector de los contenidos digitales crea una intersección de lo tecnológico y lo humanístico. Muchas disciplinas formativas deberían caminar más cerca del conocimiento digital, pues esos profesionales son imprescindibles en este sector, pero sin esa formación adecuada carecen de las competencias necesarias para alcanzar el grado óptimo de profesionalización. En el otro extremo, el tecnólogo también necesita de un complemento humanístico.

Las humanidades no son ajenas a la tecnología, y la famosa frase “tú eres de ciencias o de letras” ya no tiene ningún sentido en el entorno digital. Estas afirmaciones pueden parecer una perogrullada pero si echamos una mirada a los planes formativos, nos dará que pensar. Quienes pasen por ellos serán nuestros futuros profesionales de la emoción digital.

Óscar Mena
Director general de CULTURATIC

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