20 conclusiones sobre el voto electrónico

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20 conclusiones sobre el voto electrónico

Las instalaciones de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Valladolid acogieron el 23 de septiembre la celebración de las Mesas de Expertos en Voto Electrónico en el marco del XII Encuentro de AETICAL. Estas mesas de expertos corresponden al Proyecto VotoE, desarrollado por AETICAL y financiado por el Plan Avanza.

En ellas participaron Joaquín Romero Ureña, senior manager en Neoris; Juan Manuel Guimerans Rubio, director del Área de Cultura, Comercio y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid; Antonio Garzón Ramos, responsable de Estrategias de innovación y Calidad del Área de Presidencia del Ayuntamiento de Valladolid; Víctor Izquierdo, director de Sistemas de Información y Servicios Compartidos de Administración electrónica en Red.es; Win Martens, desarrollador técnico de la Junta Castilla y León; Luis Panizo, director de área de Innovación Tecnológica en Universidad de León; Félix Barrio, gerente Dirección de Operaciones en el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco); Fernando Pérez, Presidente de AVEIN; Javier Pagés, Co-Owner, CIO & SOC Director en Arkossa Smart Solutions, SL Vocal de la Junta de Gobierno en CGCIIE – Consejo General de Colegios de Ingenieros en Informática de España; Wolfram Rozas, IBM. Business Development Executive de Big Data; Josep María Reniu, director of the Political Science Studies en University of Barcelona, Consultor en Ciència Política en Universitat Oberta de Catalunya y Professor of Political Science en University of Barcelona; Jordi Barrat, deputy Director / Office for the Quality of Democracy en Generalitat de Catalunya; César Calderón, director ejecutivo en Pensamiento Público y socio-director en Autoritas Consulting, SA; Jacinto Canales de Caso, presidente del Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática de España, y Susana García Dacal, directora General de Telecomunicaciones de la Junta de Castilla y León.

De todas estas mesas pueden extraerse una veintena de conclusiones (en realidad, muchas más) que podrían organizarse de la siguiente manera:

Sobre el voto electrónico en las Administraciones Públicas

 

  • El voto electrónico es un sistema factible, potente y de futuro. La duda es cuánto tardará en madurar lo suficiente como para implantarse. La tecnología está desarrollada, pero es necesario un cambio de mentalidad a través de un recorrido en procesos electorales acotados, que supongan poco coste y que no tengan un gran impacto.
  • El voto electrónico está ligado al propio sistema democrático: la participación. Por lo tanto, los Gobiernos que no lo las vayan implementando estarán llamadas a verse superados por su sociedad.
  • Colaboración, transparencia y participación son los tres ejes de un gobierno abierto y, a partir de ahí, es necesario identificar ámbitos de implementación del voto electrónico.
  • El sistema de voto electrónico no es nuevo y está desarrollado de forma desigual y con multitud de sistemas en distintas Administraciones Públicas. Sin embargo, el voto, como recurso extraordinario en la dinámica interna de las distintas Administraciones, no es un sistema que ellas adopten como suyo, lo que no contribuye a mejorar las perspectivas de impulso desde dentro.
  • El éxito del voto electrónico está directamente relacionado con la confianza y, por tanto, y aunque existen excepciones, cabría decir que los entornos en los que existe una mayor tradición y profundidad democrática brindan los mejores casos de éxito del sistema.
  • Existen multitud de aspectos de mejora en los sistemas de voto electrónico, como seguridad, privacidad, etc. Cuando se superen brechas generacionales, tecnológicas y de confianza, acabará por imponerse el voto electrónico.

Sobre experiencias con voto electrónico

  • El equilibrio entre seguridad y participación marca el potencial éxito del voto electrónico. Generalmente, cuanto mayor participación se busca más deben renunciar los sistemas a medidas de seguridad, lo que hace que el índice de fracasos aumente.
  • En la base de algunos de los más estrepitosos casos de fracaso han estado cuestiones políticas, jurídicas, comerciales… no necesariamente tecnológicas.
  • No existe ‘estrés lectoral’ en muchos de las pruebas que se han hecho. Son exclusivamente pruebas piloto y, por tanto, no hay relación entre resultados y asunción de las consecuencias de éstos. No se toman medidas. Por tanto, la participación cae. Y no hay datos empíricos que permitan afirmar que el mero uso de las tecnologías incrementa la participación.
  • España debe plantearse dar por terminada la etapa de pruebas piloto y empezar a usar el voto electrónico de forma vinculante. El problema no es de falta de experiencias: hay muchas en muchos países. La mejor estrategia es convertir el voto electrónico en una cuestión no excepcional (propia del voto electoral) sino cotidiana y promover su utilización en todo tipo de decisiones ordinarias.

Sobre voto electrónico y seguridad

  • Es preciso aumentar la confianza de los votantes y para ello es necesario asegurar el anonimato de los votantes y proteger la seguridad de los datos. Toda la información ha de estar preservada de cualquier posible manipulación y para ello es inexcusable buscar mecanismos que aseguren una auditoría fiable.
  • No solo es necesario auditar el procedimiento el día de la votación, sino el antes y el después de todo el proceso. Esa auditoría, además, no se puede delegar en el país interesado, en el actor principal de esa votación, sino en alguna organización independiente completamente ajena al resultado.
  • Si buscamos el sistema perfecto nunca lo tendremos. No sólo hablamos de auditar los sistemas de voto, sino también las bases de datos, servidores, canales de comunicación…
  • Hay que plantearse cuál es la seguridad de muchos de los sistemas de votación presenciales de la actualidad, y que son casi inexistentes. No se pueden admitir burdas manipulaciones en el sistema.
  • Necesitamos encontrar soluciones reales, porque tenemos herramientas de cifrado, pero nos falta la tecnología necesaria.

Sobre voto electrónico y política

  • La clave para que la población cambie la perspectiva sobre el proceso del voto electrónico pasa por generar contenidos útiles que ofrezcan un valor añadido al ciudadano.
  • La brecha digital, que en nuestro país tiene mucho de generacional, la brecha de complejidad de un mundo que no tiene nada que ver con el de nuestros padre, incluso la brecha democrática, con la que corremos el riesgo de dejar fuera de los sistemas de elección a parte de la población, son elementos que no pueden quedar al margen a la hora de analizar cuestiones como la del voto electrónico.
  • El Gobierno electrónico nunca se ha planteado los procedimientos que ha llevado a cabo. El Gobierno abierto, que promueve la transparencia, la colaboración y la participación ciudadana, sí debe plantearse los procesos con los que hacer de la población un elemento activo de la sociedad.
  • La adopción del voto electrónico plantea un nuevo peligro que hasta ahora no se había tenido en cuenta y que se personaliza en la introducción de un nuevo actor: el técnico encargado de velar por el buen funcionamiento del sistema.
  • En la actualidad, y con los condicionantes tecnológicos y sociales que deben tenerse en cuenta, aún no se dan las circunstancias necesarias para poner en marcha un proceso electoral basado en el voto electrónico. De momento, su papel se encuentra en el plano de coexistencia con el sistema tradicional.

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