El peligro de la impulsividad en las redes sociales

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El peligro de la impulsividad en las redes sociales

Una de las últimas polémicas vividas en Twitter ha sido la protagonizada por el exintegrante de ‘El Último de la Fila’ Quimi Portet y su incidente con un camarero de la compañía naviera Baleària. Portet hizo públicos dos mensajes, a través de su perfil en esta red social, en los que evidenciaba la negativa del camarero a atenderle en catalán e incluía una fotografía del trabajador y una mención a la cuenta de la compañía naviera, que rápidamente se disculpó con el músico y señaló que tomarían las medidas oportunas.

Este incidente ha desatado en Twitter una ola de discusiones entre los usuarios que apoyan a Portet y acusan al camarero de discriminación lingüística y los tuiteros que reprenden al artista por utilizar su posición de persona mediática para vulnerar el derecho al honor y a la intimidad del trabajador. Debido al impacto del incidente, la compañía Baleària ha señalado en un comunicado posterior que el trabajador no será despedido ni sancionado y ha lamentado la respuesta precipitada de su equipo de comunicación a través de la red social Twitter.

No es la primera vez que en España un personaje público se ve involucrado en este tipo de polémica. En el año 2014, el actor Juan Echanove subió a la misma red social una fotografía de una camarera para quejarse ‘de su incompetencia’ y generó toda una ola de críticas entre sus seguidores. En esta ocasión, sin polémica lingüística de por medio, la mayoría de usuarios tenían claro que Echanove obró mal al publicar ese contenido, en condición de personaje público, en lugar de denunciar el mal servicio por las vías dispuestas para ello, como una hoja de reclamaciones.

La impulsividad de publicar en Internet, a través de Twitter o de cualquier otra red social, lo primero que se nos pasa por la cabeza sin pensar en las consecuencias nos puede salir muy caro, seamos una persona mediática o anónima. En este último grupo tenemos múltiples ejemplos como el de Justine Sacco, una estadounidense que perdió su empleo y se vio sometida a un linchamiento virtual por publicar en Twitter un mensaje racista; Alicia Ann Lynch, que también fue acosada por los usuarios por subir una foto disfrazada de víctima del atentado de la maratón de Boston; Lindsey Stone, que fue despedida debido a la presión de internautas por subir una fotografía haciendo una peineta junto a un cartel del cementerio nacional de Arlington, o o el despido de la usuaria Cella, que se produjo incluso antes de su primer día de trabajo por quejarse en Twitter de su futuro estado laboral.

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