El incontestable éxito de 'Ocho apellidos vascos'

No son demasiadas las películas españolas que, al terminar el año, pueden presumir de haber obtenido un gran éxito en la taquilla. Muchas menos (una o dos al año, o ni siquiera eso), las que pueden presumir del apelativo de ‘fenómeno’. El último en conseguirlo es el largometraje Ocho apellidos vascos, dirigido por Emilio Gutiérrez Lázaro que se ríe de los tópicos que, supuestamente, separan a vascos o andaluces.

La película recaudó unos magníficos 2,7 millones de euros el fin de semana de su estreno. La sorpresa creció en el segundo, cuando en la mayoría de los casos las cifras se desploman. La cinta escrita por Borja Cobeaga y Diego San José, si embargo, creció de manera espectacular y casi dobló la recaudación de la semana previa para llegar a los 4,4 millones. Lo realmente asombroso sucedió en el tercer fin de semana de su carrera en cines. Otros seis millones de euros fueron a parar a una película que es ya una de las cintas españolas con mejor rendimiento de los últimos años.

El éxito de la producción de Telecinco Cinema está cimentado sobre todo por el infalible ‘boca-oreja’ de los espectadores, que probablemente no habría funcionado de la misma manera sin la incesante campaña de promoción que, desde semanas antes de su estreno, había colocado este título en todos los canales posibles.

O en casi todos, porque rastreando la forma en la que sus responsables han utilizado los cartuchos de las redes sociales nos fijamos en que Twitter no cuenta con un perfil exclusivo de la película y su página de Facebook no se activó hasta el 19 de marzo de 2014, casi una semana después de su estreno. Aun así, las acciones en medios convencionales han sido tan demoledoras que el triunfo de la producción ha sido mucho más sencillo. Aunque, evidentemente, el triunfo se encuentra sobre todo en el favor de los espectadores.