Los Premios Óscar, entre el espectáculo y la seriedad

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Los Premios Óscar, entre el espectáculo y la seriedad

La industria de Hollywood pone su punto y final a la temporada de premios cinematográficos con los galardones más veteranos, mediáticos y poderosos. Los Óscar, después de casi 90 años de vida, tienen la potestad de determinar qué películas, al margen muchas ellas de su calidad, se aseguran un hueco en la Historia del cine.

Este 2014 la lucha parecía estar clara entre Gravity, de Alfonso Cuarón, y 12 años de esclavitud, dirigida por el británico Steve McQueen, al menos si se atendía a los galardones cosechados por ambos títulos en la multitud de entregas de premios que anteceden en el calendario la noche de las estatuillas doradas. A su lado, otras como La gran estafa americana parecían haberse deshinchado con el paso de las semanas y películas como Her o Nebraska no parecían rivales con las que contar en las principales categorías.

El reparto final de trofeos ha puesto de manifiesto las dos vías que conviven en Hollywood y que, en noches como esta, se reparten los premios de una manera equilibrada. Gravity cumplió en la faceta técnica y se llevó siete de los galardones a los que optaba. Alfonso Cuarón, encargado de poner en pie un producto complejísimo que encuentra en la gran pantalla todo su sentido y que ha arrastrado al cine a millones de espectadores en todo el mundo vio recompensado su esfuerzo con el Óscar al mejor director. Sin embargo, ser el mejor largometraje en la mayoría de los apartados no siempre se traduce con el premio gordo, que suele ir a productos más ‘maduros’, más ‘serios’ que una cinta cualquiera de acción espacial, por muy bien facturada que esté. Así, 12 años de esclavitud, que aborda con gravedad y reflexión un asunto al que Hollywood no le ha dado casi nunca la importancia necesaria, consiguió el favor de los académicos en la categoría más importante.

Pasan las ediciones y continúa esta dicotomía entre el cine como espectáculo y el cine aparentemente más elevado, y continúa este último haciéndose con el Óscar a la mejor película. Excepciones como las de El retorno del rey, que recibió el máximo galardón como reconocimiento a una carrera comercial triunfante de toda la trilogía de El seños de los anillos, siguen siendo las que acaban por confirmar la regla.

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