Comunicación 2.0 sólo en teoría

La distancia entre los propósitos y la realidad es, en ocasiones, tan desmesurada, que cuesta creer en que el objetivo fuera en algún momento honesto. Y resulta tan sencillo descubrir cuáles son, en el fondo, los propósitos de una acción que cuesta creer también en que sus responsables llegaran a creer que nos convencerían de lo contrario.

Los canales de comunicación que la tecnología nos ha regalado, los cauces ya no unidireccionales, sino pensados para que la información transite en ambos sentidos, han sido la excusa para que empresas y entidades de todo tipo quieran convencer a sus clientes o seguidores de que sí, que quieren mantener un diálogo cercano con ellos. La realidad, en muchos casos, se aleja obviamente de ese planteamiento. La imagen que acompaña esta entrada quizás no sea la más representativa para explicar todo esto, aunque lo cierto es que no puede ser más explícita, decir más con menos. Si dejamos al margen la intención claramente humorística del remitente de ese mensaje, podríamos estar de acuerdo que lo que ocurre en este ‘diálogo de besugos’ sucede constantemente. Y no solo en el Line del Real Madrid.

Ese primer mensaje de cálida acogida, ‘es muy importante para nosotros teneros cerca cada día’, contrarrestado por el inmediato ‘lo sentimos, no se pueden responder mensajes individuales desde este cuenta’ resume el modo de actuar de un buen número de entidades que, pese a contar con las herramientas, aún no se han hecho con el libro de instrucciones.

¿Comunicación 2.0? En teoría.