El entorno digital amortigua la caída de la industria de contenidos

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El entorno digital amortigua la caída de la industria de contenidos

El impulso digital no logra frenar el retroceso de la industria de contenidos. Es la principal conclusión que se puede extraer del Informe Orange 2013 sobre Sociedad de la Información en lo que se refiere a este apartado. Porque ni datos esperanzadores (aunque quizás aún poco maduros) como el incremento del consumo de libros electrónicos, de la facturación en soporte virtual de la industria discográfica o de las plataformas de vídeo online han servido para que el conjunto de la industria haya visto reducida la tarta de resultados.

Si en 2011 la industria de contenidos (televisión, música, cine, publicaciones, publicidad online, videojuegos…) facturaba 12.660 millones de euros, la cifra se vio encogida en 2012 hasta los 11.360 millones. El descenso es todavía más preocupante si la comparación se establece con el año 2008, cuando esa facturación rebasaba los 15.000 millones.

Aun así, dentro de un escenario negativo, existen elementos que, como se apuntaba antes, ofrecen al menos signos de un tono diferente. Es lo que ocurre con el incremento del consumo de libros electrónicos de pago, estrechamente ligado al número de internautas que ya poseen un dispositivo que permiten leerlos. El dato, de cualquier forma, no esconde que en realidad tan solo el 32% de los lectores de estos libros pagan por su descarga. El resto, dos de cada tres, los descargan de forma gratuita de la Red. La industria, eso sí, apuesta de manera clara por la edición digital y en 2012 se registraron más de 20.000 obras en este formato, casi un cuarto del total.

En lo referente a la música, el aumento de la facturación en soporte virtual del 4% con respecto al año anterior no ha compensado el descenso del soporte físico, por lo que el conjunto se ha quedado en los 141 millones, siete menos que en 2011. Aquí, los signos positivos hay que verlos en el incremento de los servicios de suscripción mensuales, fundamentalmente Spotify y Deezer, que han doblado su peso en un año. 

En el apartado dedicado al vídeo, y pese a que las plataformas de distribución de contenidos online ha aumentado, su presencia no termina de ser realmente relevante para el negocio. El estudio señala la tardanza de la industria española en apuntarse al modelo de distribución de vídeos bajo demanda (VOD), lo que puede explicar que el sistema no esté aún totalmente maduro.

Los videojuegos, donde el mercado se ha contraído en España un 14% aunque ha aumentado su distribución por Internet, o la publicidad, donde la inversión en medios digitales ya es superior a la de los medios impresos son otras de las patas de la industria de contenidos que permiten vislumbrar la realidad. La de un descenso paulatino de los sistemas tradicionales de distribución y un aumento del negocio digital que no sirve, de momento, para amortiguar esa caída.

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