Comunicación X.0 para defender derechos humanos (o de minorías)

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Comunicación X.0 para defender derechos humanos (o de minorías)

La combinación de prácticas tradicionales y de herramientas novedosas es una constante, a veces incluso inconsciente (cada vez más inconsciente), en la forma en que nos comunicamos en la sociedad de la información. Esa mezcla incluye la introducción de formas de llegar al lado más emocional de las personas aunque los objetivos sean absolutamente racionales. Por ejemplo, utilizar la música para llamar la atención sobre la necesidad de respetar los derechos humanos, sin olvidar el envío de notas de prensa o el uso de las redes sociales para apoyar la difusión.

Gracias a unas y otras, en lugares como España podemos saber que “la comunidad bahá’í de Irán constituye la minoría religiosa más numerosa de ese país y sus miembros sufren, desde los inicios de esta religión en 1844 hasta la actualidad, una persecución sistemática por parte de las autoridades religiosas y políticas de su país de origen”, tal como reza, precisamente, la nota que ha enviado la organización.

Dicho así, como ‘combinación de prácticas tradicionales y…’ parece complicado, pero en Valladolid tienen lugar esta semana un acto que ejemplifica a la perfección una estrategia que mezcla viejos y nuevos instrumentos de comunicación. Se trata del concierto de la artista iraní Katy Evoghli. Lo organiza la Comunidad Bahá’í de Valladolid, con la colaboración de Amnistía Internacional.

Tiene como objetivos denunciar la persecución a la que esta religión minoritaria se ve sometida en Irán “y solidarizarse con los bahá’ís de Irán y con todos aquellos que sufren condiciones similares en este país”, en palabras de los organizadores.

La iniciativa recurre a un medio tan poderoso como la música para transmitir sentimientos, pero las ideas llegan vía notas de prensa, conferencias, página web y plataformas en las redes sociales. En el caso que nos ocupa, antes del concierto (24 de noviembre de 2012, a las 18:30 horas) Luis Acebal Monfort, filósofo y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española Pro Derechos Humanos (APDHE), ofrecerá unas palabras.

Es decir, el concierto no es el fin en sí mismo, sino que está al servicio de la difusión de una reivindicación, al igual que otro tipo de acciones de comunicación, como pueden ser una ponencia, una exposición, el contacto telefónico con medios o el envío de notas.

Esparcidos por el mundo, reunidos en Internet

Por su parte, los propios miembros de una comunidad se mantienen al tanto de lo que ocurre en otros puntos del globo a través de plataformas como Facebook o Twitter, permanentemente actualizadas. Las redes sociales son un medio de comunicación más, aunque en este caso están al servicio de la propia comunidad más que al de la difusión de la ‘marca’.

Así, los miembros geográficamente dispersos de cualquier grupo (en este caso los bahá’ís), pueden estar en permanente contacto o, cuando menos, actualizados informativamente hablando.

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