Un cuarto de siglo de Cinema Jove

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Un cuarto de siglo de Cinema Jove

Un cuarto de siglo después, el Festival Internacional de Cine Cinema Jove mantiene inalterables unas señas de identidad en las que destacan, por encima de cualquier otro supuesto, las de apoyar a los nuevos creadores que cogerán en sus manos el futuro del séptimo arte en un futuro no demasiado lejano. El certamen tampoco ha escapado a los recortes presupuestarios a los que obligan la delicada situación económica y que se ha cobrado ya varias citas con el cine que no han podido reunir la cantidad necesaria para organizar una nueva edición con una mínima calidad. A pesar de todo, el Cinema Jove, un veterano ya en el calendario de festivales cinematográficos, regresa entre el 19 y el 26 de junio con sus secciones habituales e idéntico espíritu por descubrir y consolidar nuevos talentos.
Cuatro realizadores recibirán en esta edición el premio honorífico Luna de Valencia con el que los organizadores reconocen sus incipientes o ya consolidadas carreras. El italiano Matteo Garrone, que adaptó la Gomorra de Roberto Saviano con tremendas dosis de veracidad y cotundencia, es uno de ellos. También la pareja de directores franceses Olivier Ducastel y Jacques Martineau (Jeanne y el chico formidable), poco conocidos en España pero que gozan de un indudable prestigio en su país. Como la cuarta premiada, la inglesa Joanna Quinn, una autoridad en el cine de animación de la que podrán verse varios de sus mejores trabajos.
La actriz Natasha Yarovenko, protagonista, junto con Elena Anaya, de la última película de Julio Medem, recibirá la atención del festival por el futuro que le augura en el mundo del cine.
Otra sección habitual, Cuadernos de Rodaje, tendrá como invitado al último triunfador de los Premios Goya, Daniel Monzón (Celda 211). El realizador compartirá con los espectadores los títulos que han marcado su visión como cineasta y que le han influido a la hora de pasarse al otro lado de la cámara. Películas como El ángel exterminador o El hombre elefante forman parte de esta sección fabricada al gusto de Monzón.
Y mientras el Cinema Jove arranca su nueva edición, Lorca despide su Primavera Cinematográfica, por la que, también se ha prestado una especial atención a los nuevos realizadores. Que se mueran los feos, de Nacho García Velilla, o El mal ajeno, de Óskar Santos, son algunos de los títulos que han pasado por el certamen murciano, que en esta ocasión ha dedicado una de sus secciones al cine argentino. En su sección competitiva, cortos de Mateo Gil (Dime que yo), Leticia Dolera (Lo siento, te quiero) o Javier Recio (La dama y la muerte), han elevado el nivel de una cita que ha celebrado ya su 14ª aniversario. Todo un logro en el inestable panorama de festivales que salpican el territorio español.

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