Redlato: capítulo 24

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Redlato: capítulo 24

Ya es posible leer el capítulo 24 del Redlato. Comienza la cuenta atrás: quedan 10 capítulos (máximo 3.000 palabras) para el desenlace.

Hasta hace unos instantes pensé que esta historia no era más que retazos de un cuento. Pero ahora compruebo que el devenir del cerdo era cierto, en el que todos ustedes son partícipes, sin quererlo o queriéndolo. Sé que es una época de grandes y perentorias necesidades, de ello soy consciente …

Los oyentes relajaron el gesto y la tensión de sus cuerpos, escuchando atentamente el discurso de don Miguel.

– Hermanas, conozco por estas dos personas la verdadera crónica, aunque fuese contada bajo los efluvios del alcohol, pero ya sostiene el dicho que ni los niños ni los borrachos mienten. Creo que a su orden le puede complacer en grado sumo alguna que otra obra pía, que no limosnas, madre. En lo concerniente al taller, certificaremos el compromiso al que llegamos antes de la injerencia de las monjas, corroborándolo por fin con un firme apretón de manos.

Apunto estaba de intervenir la Madre Superiora con mueca contrariada, cuando la atajó don Miguel.

– Pero siempre queda la segunda alternativa, que es que todo este suceso aparezca mañana en la rotativa del Norte de Castilla, del que soy subdirector desde hace pocos meses. Y poco me importa la censura, como bien conocen en la redacción.

La Madre Abadesa se mordió la lengua, mientras que el secretario del obispo le susurraba al oído la inconveniencia de continuar reclamando la propiedad del cochino, conocedor de la fama que por aquel entonces se estaba labrando el hombre que estaba frente a él y al que por fin logró reconocer.

Finalmente, convinieron en ceder en venta al bueno de Durruti a la joven Cristina, con la consiguiente recompensa tanto para los mecánicos como para el convento de las Delicias.

Andaban celebrando el acuerdo alcanzado cuando Martín tuvo un raro presentimiento.

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