Día del Libro

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Día del Libro

Si en alguna ocasión vamos a hablar del Quijote en este blog, tiene que ser en tal fecha como hoy, no cabe duda.
En el colegio nos enseñaban que el 23 de abril se celebra en todo el mundo el Día del Libro y que en esa fecha murieron dos de las mayores figuras de la literatura universal: Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare. 
Pues bien, resulta que esa anécdota, tan buena para la memoria, no es cierta. Cervantes murió el día 22 de abril de 1616, pero fue enterrado al día siguiente. Por su parte, Shakespeare sí murió el 23 de abril… según el calendario juliano, que sería equivalente al 3 de mayo de 1616 en nuestro actual calendario gregoriano.
Estos cambios de calendario dan lugar a muchas anécdotas en la Historia, como que la Revolución de Octubre fuera en noviembre, por ejemplo.
Pero siguiendo con Cervantes, ¿quién no ha leído el Quijote? Pues mucha gente, seguramente, muchos más de los que lo reconocerían en público. Y es que afrontar esta obra maestra requiere mucha dedicación. En el Día del Libro, por ejemplo, las lecturas públicas que se llevan a cabo duran entre 40 y 50 horas.
¿Por qué no buscar nuevas formas de leerlo? Por ejemplo, escuchándolo en mp3. No hay más que bajarse el gigabyte que ocupa, y deleitarse con las ocurrencias del primero hidalgo y después caballero Don Quijote de la Mancha. 37 horas dura una excelente versión que puedes descargarte gratis: El Qujote en mp3 (lo harás más cómodamente si tienes el plugin DownThemAll! de Firefox).
Si dispones de un libro electrónico, es probable que lo tuvieras incluido en él… y si no, siempre puedes recurrir al Proyecto Gutenberg, del que ya trateremos otro día, y descargar El Qujote gratis en varios formatos. Incluso en la tienda online de Grammata, fabricante del ebook Papyre, puedes registrarte y descargarlo en PDF.
Y para terminar, algunos datos que dan cuenta de la importancia de la obra, y de cómo alcanzó notoriedad rápidamente allá por los inicios del siglo XVII.
La primera parte del Quijote se publicó en Madrid a principios del año 1605. Tal fue su divulgación y aceptación, que en menos de medio año, en las grandes fiestas que se hicieron en Valladolid, capital de la corte, con motivo del bautizo el 29 de mayo de 1605 del futuro Felipe IV, en los pasacalles populares había disfraces que representaban a los personajes de la novela. Esto refleja que ya era conocida por el gran público, en una época en que la difusión de las noticias y las publicaciones era necesariamente lenta. Sirva como ejemplo decir que en 1605 en Madrid había 4 imprentas (eran 6 en 1601), en Barcelona y Sevilla 5, en Zaragoza 4 y en Valencia 2. En Valladolid, durante la capitalidad, a las 5 imprentas que ya había se le sumaron otras 4. 
En la segunda parte de la novela, publicada por Cervantes diez años después, en 1615, el propio Don Quijote cuenta que 
«por mis valerosas, muchas y cristianas hazañas he merecido andar ya en estampa en casi todas o las más naciones del mundo. Treinta mil volúmenes se han impreso de mi historia, y lleva camino de imprimirse treinta mil veces de millares, si el cielo no lo remedia.» (Capítulo XVI)

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