El nuevo iPad sacude el negocio de los libros electrónicos

0
Compartir

El nuevo iPad sacude el negocio de los libros electrónicos

Hace unos días Steve Jobs, cabeza visible del imperio Apple, presentaba su próxima apuesta para el futuro, una tableta digital bautizada como iPad concebida para integrar en una sola y flexible herramienta un sinfín de aplicaciones. Entre sus posibilidades, pese a que su tecnología no parezca a simple vista la idónea, se encuentra la de servir de soporte a los cada vez más presentes e-books. La irrupción de la empresa de la manzana en el negocio de los libros electrónicos ha provocado ya los primeros movimientos del resto de protagonistas con el fin de posicionarse en él. El desencadenante de todo ha sido la decisión de Apple de permitir a las editoriales fijar el precio de los libros que distribuyan a través del iPad (algo que no sucedió, por ejemplo, con las discográficas, obligadas durante años a vender canciones al precio fijo de 0,99 dólares en la tienda iTunes). Las editoriales, que han de limitar los precios de sus libros a 9,99 dólares si quieren estar presentes en el catálogo del Kindle de Amazon, el soporte de mayor éxito de los que han llegado al consumidor, ven en el iPad una excelente posibilidad para incrementar sus beneficios vendiendo libros a un precio superior a ése.

Ante el nuevo orden que dejaba entrever Apple, la editorial MacMillan lanzaba un órdago a Amazon para obligarle a aceptar sus pretensiones de vender libros suyos a 14,99 dólares, el mismo acordado para su presencia en las nuevas tabletas iPad. La primera respuesta de Amazon, vetar los libros distribuidos por MacMillan del catálogo de Kindle, pone de manifiesto que la guerra en este terreno será cruenta. El último capítulo de la historia por el momento, demuestra que aparentemente las editoriales tienen más fuerza que las discográficas: Amazon se ha visto obligada a dar marcha atrás, readmitir a MacMillan y dejar la decisión en manos del público para que decida el precio justo con sus compras.

En el aire queda la pregunta de qué precio habrían de tener los libros electrónicos, productos con, lógicamente, unos costes muy inferiores a sus hermanos de papel.

Related Posts

Los comentarios están deshabitados